Con la llegada del COVID-19 en el 2020, muchos aeropuertos a nivel mundial vieron afectadas sus operaciones en mas de 90%. Lo que se pensó en un principio sería cuestión de meses, hoy en día; casi dos años después, sigue siendo el estándar a pesar de los altos niveles de vacunación, medidas de prevención y mecanismos de monitoreo constante de viajeros internacionales. Nuevos retos como falta de pilotos, reincorporación de equipos, alta demanda, ausencia de tripulantes, nuevas cepas, entre muchos otros, mantienen en constante alerta a los gerentes aeroportuarios ante un eventual cierre.

Una de las enseñanzas o aprendizajes que podríamos definir como de gran importancia, es que, sin duda alguna, los tiempos de inactividad producen altos costos de mantenimiento y sin flujo constante de ingresos regresamos a una frase famosa “el tiempo es dinero”. Mientras las aeronaves dejaban de operar, los departamentos operativos, ahora con menos carga laboral, pudieron ver como los costosos sistemas que fueron diseñados para reducir tiempos en procesos, resultan costosos y en algunas oportunidades no estaban del todo integrados como parecían.

Este es el caso de los sistemas de facturación y los métodos-herramientas de pago utilizados por las aerolíneas para llevar sus operaciones. Resulta difícil pensar que costos sistemas de facturación y operaciones pueden tardar varios días, incluso semanas en generar las facturas de los servicios aeroportuarios prestados a las aerolíneas comerciales y de carga. Incluso en lugares donde se hace un deposito pre calculado de operaciones, existe un problema a la vista: no se pueden disponer de esos recursos hasta que existe la facturación y conciliación de los servicios, regresando nuevamente al origen de todo, el tiempo requerido para facturar.  

 Aquí es cuando entra en juego no solo la tecnología, sino el uso probado de la misma durante los tiempos de pandemia. Un incremento en las operaciones comerciales por internet, trabajo desde casa, compras online, aplicaciones móviles de entregas y auto servicio, hicieron que un orden digital se abriera paso ante los métodos tradicionales presenciales administrativos.

Es posible hoy en día, usando sistemas 40% mas económicos, reducir en un 75% los tiempos de facturación de los servicios aeronáuticos y luego al acoplarse a una herramienta digital de pago online sencilla; la conciliación y acceso a recursos en cuestión de horas. Esto ha sido demostrado en miles de transacciones de PAY AIMS, una herramienta única diseñada específicamente para atacar los tiempos de facturación y brindar soluciones de autoservicio en tiempo real.

Tomemos un ejemplo sencillo, digamos que un aeropuerto X con un transito de 10 millones de pasajeros al año tiene ingresos de unos 200 millones de USD. Las aerolíneas depositan un adelanto por sus operaciones, pero aun cuando utiliza sistemas avanzados (que cuestan 2 millones de USD al año), factura cada 2 semanas y luego tarda dos semanas mas en recibir los fondos. Esto quiere decir que los vuelos realizados los primeros días de un mes son realmente pagados luego de 30 días. Ahora imagina que con un sistema como PAY AIMS, inmediatamente luego de despegar, la aerolínea (y los gerentes financieros de la misma) reciben una alerta en sus móviles con la factura en digital y disponen de avanzados mecanismos de verificación (firmas autorizadas) donde pueden verificar, reportar cualquier ajuste y pagar en diferentes monedas esos servicios. En total, la operación completa podría realizarse en tan solo 72 horas. Esto es un ejemplo simple que podría llevarse a mas casos de empleo incluso con locales comerciales, concesiones de tiendas, etc.

Esto nos deja abierta la interrogante que cualquier gerente aeroportuario se puede hacer para saber si esta utilizando el tiempo y la tecnología a su favor:

            ¿Cuánto tiempo tardo en facturar?

            ¿Desde que se emite la factura, en cuanto tiempo puedo disponer de los recursos?

            ¿Cuánto puedo producir al año si mejoro esos tiempos?


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